jueves, 29 de diciembre de 2005

El azar

¿Qué es lo que lleva a alguien a nacer en un determinado lugar? ¿A que su vida se desarrolle en determinado sentido y no en otro? ¿Hasta qué punto somos nosotros mismos responsables de nuestras decisiones? ¿O es la coyuntura social la que impide escoger el propio modo de vida? ¿O la física misma? ¿Siempre deseamos lo que no tenemos porque lo idealizamos inconscientemente? ¿Quién ha decidido que yo esté ahora en mi oficina de Madrid comiéndome el tarro y no surfeando en la playa austral donde vivo en una casita de madera con mi esposa pelirroja y mis dos hijos...?

domingo, 11 de diciembre de 2005

Relatividades

Mi vida es una puta mierda. Y, aún así, hay cientos de millones de personas cuya vida es aún peor que la mía.

lunes, 5 de diciembre de 2005

La gran excusa (2)

Es irónico, pero en el día menos navideño de toda mi vida, unas compañeras de departamento se han puesto a colocar un árbol de navidad de 1'80 delante de mi escritorio. El árbol no tiene una base decente y se cae, por lo que lo tienen recostado contra la pared. Yo opto por colgarlo del techo...

La gran excusa

Este no es un post como otros, en los que una idea que se me viene a la cabeza es ordenada, estructurada, adornada con florituras verbales, etc. Hoy estoy escribiendo esto con las tripas, según me viene a la cabeza. Y sé que (en el caso de que alguien lo lea) no va a gustar, pero es tal cual lo siento. Me gustaría haber parafraseado a Umberto Ecco y copiar aquí íntegro el diálogo final de "El nombre de la Rosa", cuando Adso y Fray Guillermo, ante el incendio de la magnífica biblioteca, dudan acerca de la existencia de un orden universal y, por lo tanto, de un ser superior capaz de controlarlo. Resulta que no tengo el libro a mano, por lo que seré mucho más prosaico en la exposición del tema. Siento de veras que pueda molestar a mi madre o a mi esposa, que sé que son firmes creyentes, pero a veces la vida se empeña en demostrarte que hagas lo que hagas, intentes lo que intentes, el dolor y la injusticia en este mundo no tienen fin.

Dios no existe.
Si existe, no es omnipotente.
Si existe y es omnipotente, entonces es un sinvergüenza.

lunes, 28 de noviembre de 2005

¿Es grave, doctor?

Cada vez me gusta más la música de Robbie Williams.

"I wanna sleep forever..."

Sueño que estoy en casa de mis padres. Sueño que es invierno y que hace fresco. Sueño que me acurruco en el sillón viendo una película en la tele. Una en blanco y negro, con señores de gabardina que ajustan el ala del sombrero para que la lluvia no les moje la cara. Sueño con el sabor que me ha dejado el Nesquick caliente en la boca. Sueño con que voy a mi cama, perfectamente perfecta. Sueño con la agradable sensación del peso de la manta sobre mi cuerpo y el tacto suave de la sábana de lunares azules, dulcificada tras años de lavados. Sueño que el sueño me vence en blando duelo.

Sueño que no sueño nada y que nada me despierta. Y en la cadena suenan los Dandy Warhols...

domingo, 27 de noviembre de 2005

Blanca y dulce Navidad

Todavía estamos en noviembre y ya estoy hasta los huevos de la Navidad. No quiero que se institucionalice la obligación de ser feliz y de comprar miles de regalos para mayor gloria de El Corte Inglés. Y, sobre todo, cuando uno no puede hacer todos los regalos que quisiera hacer, ni quedar bien con todo el mundo, ni repartir el cariño que de verdad apetece repartir (en cualquier época del año) y, sobre todo, cuando uno está a años luz de ser feliz, siquiera de sentirse medianamente bien.

Odio la Navidad. Y, si esto me va a hacer caer bien entre los amargados como yo, pues odio odiar la Navidad. Hoy no quiero estar a bien con nadie.

martes, 22 de noviembre de 2005

Recurrencias

Esta mañana batí la mejor marca personal del año de "tiempo de ocio y reflexión camino del trabajo" o, lo que es lo mismo, tardé más que nunca en ir de mi casa a la oficina. En 1 h. 38' (una hora y treinta y ocho minutos) me habría dado tiempo a pensar en lo impensable y a escribir aquí la biblia en verso, pero no, sólo se me ocurrió una chorrada, que suele ser lo habitual. Estando yo metido en un tumulto de gente, el cual estaba metido a presión en un autobús, metido éste a su vez en un fenomenal atasco, me asaltó el siguiente pensamiento:
"En estos momentos, en algún lugar del mundo, alguien estará haciendo alguna gilipollez bajo el agua, probablemente dentro de una piscina con tiburones de esos que no muerden, y esta noche saldrá en todos los telediarios de las 9".

lunes, 31 de octubre de 2005

Leonor

"La vida es dolor, alteza. Quienquiera que diga lo contrario intenta engañaros".

Wesley, La princesa prometida

jueves, 27 de octubre de 2005

Tiempos muertos

Decía el Popeye, el inseparable amigo de Makinavaja, que "el filosofá es pa cuando no hay hambre". Ahí añadiría yo que también es para cuando hay hambre pero no puedes comer porque llevas una hora y media dando vueltas por el transporte público de Madrid. Y cuando se pierden un mínimo de tres horas diarias da tiempo más que de sobra a pensar. La contribución de Madrid a la filosofía contemporánea está fuera de toda duda.

Hoy, metido en el autobús 114, atascado a la altura de Arturo Soria, surgió la reflexión del día:
¿El ejército español fabrica chándals para vestir al gremio de la construcción? Pregunto...

martes, 18 de octubre de 2005

Bísnes expánshion

Visto que ni mi madre lee este blog en español (y griego, aunque esto era de esperar) estoy sopesando la posibilidad de lanzar la versión inglesa para abrirme al mercado anglosajón. Ya se sabe: "Ae jaf chopitous, ae jaf jamón..."

viernes, 14 de octubre de 2005

Satanás y las matemáticas

Benedicto XVI ha entrado pisando fuerte en el Papado. A este hombre le veo cara de qué-pena-que-no-vivimos-en-el-siglo-catorce-porque-entonces-vos-sus-íbais-a-cagal. Ayer comenzó en Roma un curso de exorcismo bajo sus auspicios, ya que no debemos bajar la guardia ante la omnipresencia del Maligno. El curso lo imparte un obispo italiano que, según él, ha participado en más de 40.000 exorcismos. Y los alumnos son un montón de curas de todo pelaje, con la característica común de ser unos iluminaos, en el sentido mundano de la palabra. Hasta ahí, todo normal (por decirlo de alguna manera, claro).

Sin embargo, lo que a mí no me salían eran los números. Los exorcismos, según el propio ponente, sólo podían ser hechos por obispos, lo cual a mí me parece raro, ya que siempre se queda uno con la imagen de seminarista guay del protagonista de la película. Además yo tenía un profesor de religión en el instituto (no diré de dónde era párroco para no dar pistas a los cientos de miles de lectores de este blog) que presumía de ser exorcista (los demás presumían que era gilipollas. Sólo unos pocos teníamos la certeza de esto último)…
…Bueno, a lo que iba, que me pierdo. Si sólo pueden ser hechos (los exorcismos, no los gilipollas) por obispos, se dan las siguientes cuentas matemáticas:

El 99% de los alumnos del curso pierde el tiempo, porque nunca llegarán a obispos. El otro 1% está poseído por el omnipresente Satanás para hacer espionaje industrial. Ese 1% sí aprovecha el curso. Suponiendo que el obispo italiano fuese un superdotado precoz, pongamos que llegó a obispo a los 30 años. Y ,por su imagen, no aparentaba más de 65, tirando por lo alto (salvo que haya llegado a un pacto con el diablo, lo cual, en su trabajo, tampoco es descartable). 40.000 exorcismos en 35 años son 3,1 exorcismos diarios, incluyendo domingos y festivos. Se me antojan demasiados incluso para un profesional.

Pero claro, la explicación venía cuando dijo que hay muchos síntomas de posesión demoníaca, pero que el más habitual era “hablar en lenguas desconocidas”. Entonces sí, el pobre hombre no dará abasto. Desde Fraga hasta el chino de la tienda de la esquina son susceptibles de ser rociados de agua bendita:
- “¡¡¡Vade retro!!!”
- “uneulosesenta…”

Mapamundi

¿No existe un premio de la British Geographic Society del cuál digan los periodistas que es “el Nobel de la Geografía”? ¿Una distinción de la ONU más allá de nombrar a Victoria Beckham embajadora de buena voluntad?

Porque este año, por fin, debería otorgarse a la mayor institución en materia de Geografía desde la desaparición de los grandes exploradores decimonónicos. Marco Polo nos habló de la gran Asia, Colón se tropezó con América, Livingstone exploró el África profunda… Desde entonces, nadie había revolucionado el conocimiento de nuestro propio planeta y contribuido a su difusión entre el ciudadano de a pie como: ¡El terrorismo islámico checheno! Joder, cada vez que ponen los pies fuera de casa descubren un nuevo país.

Démosle la bienvenida al mapamundi a Kabardino-Balkaria, capital Nálchik.

viernes, 26 de agosto de 2005

La libertad

Sólo hay dos formas de ser libre: tener dinero y soñar. Espero no perder nunca la segunda



viernes, 19 de agosto de 2005

La felicidad

Agosto de 1985

Salgo del baño. Aún es de día pero ya huele la cena. Hay tortilla de patata. Estamos todos en casa. No hace calor. Se respira el aroma de la crema para después del sol. David lleva una colonia diferente, afrutada. Alguien ve el telediario en la sala. Llevo puesto el pijama de rosetinas marrones. No pesa. Mamá está poniendo la mesa y sonríe al verme.


Siento el hormigueo de las sensaciones agradables…



Nada me preocupa……

martes, 9 de agosto de 2005

El Rincón de López

Hola, Amigos:

Me complace presentar hoy una nueva sección de éste nuestro blog: “EL RINCÓN DE LÓPEZ”. Será nuestro lugar de íntimo desahogo ante la sinrazón y tiranía de la burocracia funcionarial, siempre agazapada a la caza de ciudadanos bienintencionados y, obviamente, desinformados al máximo de los enrevesados entresijos del estado de derecho. Ya sé que no es lo mismo que poder entrar en una oficina ministerial armado con tres subfusiles automáticos, pero nos ahorraremos después un engorroso juicio lleno de papeleo, que es precisamente contra lo que queremos luchar. Tampoco pretendo hacer aquí encendidos alegatos ni animar a la sublevación de las masas contra el sistema establecido. Mi opción es observar y asombrarse. Después, como decían los chavales canadienses de “Bowling for Columbine”, nos reiremos de la mente pensante que ha desarrollado semejantes engendros burocráticos y nos sentiremos mejores que ellos.

Todo esto se me ocurrió cuando investigué acerca de unos trámites (que son los protagonistas de nuestra primera aparición en este blog) y se me quedó la misma cara que el día que estaba viendo un documental sobre koalas en la 2 y descubrí que los bebés koala se alimentan de las heces de mamá koala:

- “Mamá, ¿qué hay hoy para comer?”
- “Carajones de eucalipto, Güilfred”
- “Yupiiiiiiiiiiiii”

Los que eran entrañables peluches abrazatroncos, cuya única finalidad en este mundo era servir de inspiración a los fabricantes de souvenirs australianos, pasaron a convertirse a mis ojos en enfermos coprófagos de siniestras y ocultas intenciones (pero que me juego algo a que son la exterminación de la raza dominante y la instauración de una tiranía planetaria como avanzadilla del definitivo y supremo imperio de las cucarachas gigantes alienígenas).

Bueno, pues a lo que íbamos, queridos amigos. A continuación, procedo al copiado y pegado literal de los requisitos solicitados por el Consulado de España en Lima (Perú) a un ciudadano peruano para la solicitud de un visado de turista para visitar a unos familiares en este nuestro país que-no-se-dice-país-se-dice-Ehpañññia. Todas las notas y acotaciones son originales. Tan sólo reseñar que 149,50 soles equivalen a unos 45 €. El enlace que figura al final es el que lleva al impreso de solicitud, el cual también recomiendo fervientemente:



Para que el expediente sea admitido a trámite, el interesado deberá abonar la tasa consular de 149.50 (en efectivo y en soles) y presentar la siguiente documentación:

1. Formulario de solicitud de visado que se entrega gratuitamente en este Consulado, o podrá descargarse de la página web
www.mae.es/consulados/lima, debidamente rellenado, con letra mayúscula y firmado, al que se le hará tres fotocopias, anverso y reverso, una vez cumplimentado, antes de la presentación en este Consulado.

2. 4 fotografías tamaño pasaporte a color pegadas al original y cada fotocopia del formulario.

3. Pasaporte con una vigencia mínima de 90 días posteriores a la fecha de finalización del visado (original y 1 fotocopia A4 de las 2 primeras páginas y si ha sido renovado de la página donde conste la renovación).

4. Reserva del pasaje de ida y vuelta (original y 1 fotocopia A4).

5. Seguro médico internacional con cobertura mínima de 30,000 Euros que cubra la duración total del viaje (original y 1 fotocopia A4).

6. Justificantes de los recursos económicos propios; si el solicitante es dependiente económicamente, la documentación será la de los padres, cónyuge o hijos:
· Estados de cuenta bancarios de los 3 últimos meses: ahorro, cuenta corriente, tarjetas de crédito, depósitos a plazo fijo, autoevalúo de propiedades, etc. (original y 1 fotocopia A4). Cartas de bancos no son aceptadas.
· Boletas de pago o de pensión, o recibos de honorarios profesionales de los 3 últimos meses (original y 1 fotocopia A4).
· Carta de presentación de la empresa especificando fechas en las que el interesado tiene permiso por vacaciones y/o licencia (original y 1 fotocopia A4).
· En caso de empresa propia: RUC, escritura de constitución de la sociedad y última declaración a la SUNAT (original y 1 fotocopia A4).
· Los estudiantes mayores de edad deberán presentar constancia actual de estudios (universidad, academia, instituto, etc.) (original y 1 fotocopia A4).

7. Invitación por familiar en España: acta notarial de invitación (original y 1 fotocopia A4) y fotocopia del DNI o de la tarjeta de residencia vigentes de quien le invita. El acta de invitación sólo cubre el alojamiento, el interesado deberá presentar además todos los requisitos mencionados en los puntos 1 al 6.

http://www.mae.es/consulados/lima/visados/solicitud_schengen.pdf


Bueno, amigos, ¿qué os ha parecido? Creo que éste es un buen “teaser”, como dirían mis colegas estadounidenses. La sección promete. Ya referente al caso que nos ocupa, pienso yo: ¿para qué sirve entonces hacer una carta de invitación notarial en la que uno firma que la tierra es plana y que ha matado a Kennedy (previo pago de 30 € al señor notario y 25 al decano del colegio notarial) si después no sirve más que para dar la dirección del alojamiento? Si leyerais una, veríais que se hace cargo de los puntos 1 al 6, que después le exigen a nuestro invitado como condición sine qua non. Papel mojado, vamos. Para finalizar, me gustaría simplemente echar unas cuentas rápidas sobre lo que supone el probable caso de la denegación del visado de turista:
- El notario gana 30 €
- El decano del colegio notarial gana 25 €
- El Consulado de España gana 45 €
- La compañía aérea, suponiendo que en un gesto de altruismo sin antecedentes sólo cobre
un 10% por gastos de cancelación de billete, gana un mínimo de 50 €
- La compañía aseguradora, suponiendo que la negativa se produzca una semana antes de
la fecha del viaje, gana 7 €.
- El de la tienda de fotocopias gana 3 €
- Nuestro ciudadano peruano y su familiar español pierden 30 + 25 + 45 + 50 + 7 + 3 = 160 €

Hasta la próxima, queridos lectores.

jueves, 30 de junio de 2005

La sombra de Sandokán es alargada (3)

Morgue del Tanatorio del Malacca Hospital
Melaka
21 de Junio
2:17 horas

Una vez que abandoné aquel nido de piratas, volví al centro y allí alquilé un coche. Me pareció sorprendentemente barato, hasta que vi que se trataba de uno de estos carritos con dos barras en los cuales un señor delgadito y pálido corre tirando de otro señor orondo de traje blanco y sombrero que va sentado en la cestita mientras se seca el sudor con un pañuelo moquero. También advertí que en este caso el vehículo se me suministraba sin fuerza motora, es decir, no lo traía ningún señor que corría. Me advirtieron en la agencia que eso ya entraba dentro de la catalogación de “taxi” y no tenían licencia para ese tipo de alquileres. Cuando les comenté que era una chorrada que me dieran ese vehículo para que yo tirara de él comentaron que era cierto, que suelen alquilarlo parejas en las que él le da un romántico paseo a ella y quince minutos más tarde acaba llamándola gorda y que por eso tenían un despacho con un abogado matrimonialista para redondear el negocio cuando les devolvían el vehículo. Por aquello de la diversificación empresarial, ya se sabe.

Sin embargo, en ese momento entró por la puerta un señor orondo de traje blanco y sombrero que se secaba el sudor con un pañuelo moquero. Sin darle tiempo a dar las buenas tardes, le ofrecí mis servicios como taxista por el doble del precio que me había costado el carrito. Si es que soy un tío con unos reflejos mercantiles verdaderamente dignos de envidia y así podría disponer de algo de líquido para mis gastos. Le pareció baratísimo y aceptó. Lo que no sabía yo es que el gordo cabrón iba a Melaka, que está algo así como a tres mil millones de años luz de Kuala Lumpur. Y encima me perdí nada más arrancar. Menos mal que, después de tres cuartos de hora, apareció un policía y él me indicó cómo salir de la rotonda.

A estas alturas del informe te preguntarás cómo me las arreglo tan bien para entenderme si en el informe anterior la comunicación malayo-yo yo-malayo era un desastre. Con mi desarrolladísimo sentido de la percepción sensorial, me di cuenta de que hablan igual que mi hermano pequeño cuando intenta contarte lo bien que lo pasó jugando en el parque mientras engulle un bocadillo de Nocilla. Corto y perezoso, pero impelido por la necesidad, me compré un tarro de kilo y medio más un 33% gratis y una barra de pan de molde. Cada vez que quiero entenderme con alguien, me meto una rebanada untada hasta las cachas en la boca y la comunicación fluye como un pote de judías verdes por el tracto digestivo.

Siete horas de carrera más tarde, mientras me cagaba entre agónicos estertores pulmonares en el inventor de la Nocilla y en la Real Academia Malaya de la Lengua, llegábamos a Melaka, el simio obeso y yo. Me dio un dólar de propina y, mientras él se despedía sonriéndome sin parar: “Zenkiu, zenkiu, zenkiu…”, yo le decía en un perfecto castellano que se lo podía empujar recto arriba hasta que los nudillos le hicieran tope.

Intenté encontrar la forma de volver a la capital, pero anochecía ya y busqué acomodo. Allí mismo, al otro lado de la plaza, había un sitio con buena pinta. Cuando entré, el poco bullicio que había en el hall desapareció por completo y vi que el recepcionista me miraba con los ojos demasiado abiertos para ser un oriental. Cuando me dijo el precio de una habitación individual con baño, torné mi gallarda figura hacia la puerta y salí por ella sin perder un ápice de la hidalga compostura que me caracteriza. La madre que lo parió, tendría que haber llevado al orangután yankee hasta Laponia para poder pagarme una noche en ese cuchitril. Pero, como bien sabemos los superhéroes, la venganza es un plato que se sirve frío. Me quedaré con el nombre del antro grabado en mi memoria y, cuando el destino, caprichoso él, tenga a bien volver a cruzar nuestros caminos, seré yo quien se ría de ellos. Tuve que separarme un poco, pues el letrerito quedaba un pelín alto. Tres manzanas más allá por fin conseguí leerlo sin que me crujieran las cervicales: “Princess Bay Port Hilton Malaysian Luxury Excelsior”. Que se preparen….

Bajé toda la calle hacia lo que parecía un mercadillo nocturno que estaba especialmente animado, para ser las 3 de la mañana. Un corrillo de gente gritaba señalando al alfeizar de una ventana mientras mujeres, ancianos y niños huían despavoridos. Cuando me acerqué a ofrecer mis inestimables superpoderes a la afligida muchedumbre, observé que sobre el alfeizar reposaba un pequeño jilguero, de tonos que iban del fucsia al azul eléctrico y que piaba como los ángeles, a pesar de que era obvio que acababa de caerse en un charco de aceite. Pobres infelices, pensé, su escuálida constitución física les hace temer hasta al más inocente de los pajarillos. Con un joven de rostro desencajado tratando de impedirme el paso y tres plañideras colgando de mi lustrosa capa, me acerqué al lugar donde se encontraba el jilguero, aparentemente ajeno a aquel revuelo. Cuando me detuve allí y dije “pio pio”, mis cuatro rémoras enmudecieron, me miraron fijamente, miraron al jilguero y desaparecieron dejando una nubecilla de polvo tras de sí. Algo parecido le sucedió al resto de la marabunta, los cuales se apelotonaban tras el recodo de la callejuela y asomaban vagamente un ojo. Jaja, pobrecillos, pensé, a saber los cuentos con que las mamás asustan por estos lares a los niños que no quieren tomar la sopa. En medio de aquel silencio, sólo interrumpido por el tierno gorjeo de nuestro amigo alado, alcé mi mano hacia el jilguero, ofreciéndole apoyo a sus patitas en mi dedo índice, y le llamé. “Cuchi cuchi”. Esta vez fue el jilguero el que enmudeció y me miró fijamente.

Lo que sucedió a continuación me lo llevaré a la tumba. Aún pretendo que la Marvel glose mis heroicas aventuras en una serie de cómics de corte oscuro y expresionista. Anotar simplemente dos cosillas:
1 – Procurarme un traje de malla para meter debajo de mi traje de superhéroe.
2 – La comadreja malaya de hocico chato (comadrejis malayis morrusrrasus) se alimenta de jilgueros fucsiazules (jilguerus aceitosus). No quiero estar a menos de 20 kilómetros de una de esas comadrejas en lo que me quede de vida.

Cuando desperté ya me encontraba aquí, tumbadito en uno de esos cajones con carriles de sala de autopsias. Según el reloj de la pared, llevo aquí 6 días. La puerta de la sala está cerrada con llave y hay un pestazo aquí que no hay quien pare. Hará unos tres días que recuperé la consciencia. Aporreé la puerta gritando con todas mis fuerzas, pero no pasaba nada. De vez en cuando veía a un vigilante, pero ni cuenta se daba de mis insistentes llamamientos de atención. Al día siguiente, pegando la oreja bien al conducto de ventilación oí comentar lo del accidente de la motocicleta que se empotró contra un puestecito de fruta. Parece ser que medió la diosa Fortuna y sólo hubo 72 muertos y un par de cientos de heridos de diversa consideración, a decir de los galenos. Como la camioneta que llevaba a los fallecidos al tanatorio pasó por la calle donde yo yacía tras mi desafortunado lance avícola, me subieron al montón y aquí vine a parar. El hecho de estar atrapado se debe a que había veintitantos leprosos en el cargamento y nos tienen en cuarentena. Ayer por la noche por fin conseguí que el vigilante me viese cuando estaba pegado al ventanuco de la puerta chillando y aporreando la puerta como un descosido. Jamás pensé que las leyes de la física permitieran semejantes muecas en una cara ni correr tan rápido por un pasillo. Hoy ha venido otro vigilante.

Bueno, he puesto en marcha todas mis supercapacidades suprahumanas y, como mucho, en 34 días conseguiré salir de aquí. Según lo haga, te enviaré el presente informe y seguiré mis pesquisas. Intuyo que nos vamos acercando…

miércoles, 15 de junio de 2005

La sombra de Sandokán es alargada (2)

Derrotado por una camiseta barata de supermercado, a pesar de pasarme toda la tarde del sábado tumbado en la cama, con la vista fija en el gotelé de la pared, sin que se me iluminara la mente acerca del intrínseco significado de la maldita frase camiseteril, me decidí finalmente a pedir ayuda. Salí a la terraza a medianoche y prendí el potente foco que utilizaba para los apuros. Una F gigante dentro de un círculo iluminó el cielo. Diecisiete minutos después, una Renault Kangoo clavaba las ruedas en el asfalto hasta frenar contra la cabina telefónica. Una veloz sombra salía de ella y se metía en el contenedor de basuras, ya que la cabina telefónica había quedado destrozada y la sombra no pudo abrir la puerta por más que lo intentó. Tres meneos del contenedor más tarde, salió de un grácil salto y se plantó bajo la intermitente farola de la esquina, brazos en jarra, capa al viento y observándome desafiante a través del antifaz. Yo le miré incrédulo.
- ¿Por qué montas este cirio cada vez que te llamo, si vives en el tercero?
- Por la misma razón por la que tú no me picas al timbre, gilipollas.

Ya en casa, puse a Falomán en antecedentes del caso. Sin dejarme apenas explicarle las cuatro cosas que ya he contado aquí, me dijo que había que ponerse manos a la obra sin más demora, que no había nada como trabajar sobre el propio terreno, que partía para Malasia ya y que le diera un pasaporte diplomático y 100.000 dólares para los gastos. Ante mi contraoferta de un bocadillo de calamares en Casa Paco cuando volviera, me tendió la mano y bramó “¡hepfcho!”, entre saltarinas migas de las pastitas de té a las que le había invitado.

Tres semanas más tarde, recibí el siguiente informe:

Registro de la Superintendencia Primera de la Autoridad Portuaria
Kuala Lumpur
12:43 horas

Después de estar desde las 7:24 horas (toda la p**a mañana) preguntando a todo aquel que se movía “¿laibrari, laibrari?”, he llegado a este infecto edificio aduanero a base de seguir los dedos índices, y corazón algunas veces, de mis interlocutores. El responsable del garito me ha dicho que aquí no hay biblioteca que valga, que lo que pasa es que me han mandado al puerto porque, como la gente no entendía nada de lo que yo decía, probablemente pensaron que me habían dado permiso para salir de fulanas en un barco maderero y no sabía volver. Esta sospecha parece ser que se vio acrecentada por el hecho de que yo porte mi vistoso traje de superhéroe, ya que es tradición entre los marineros salir del barco con los calzoncillos de repuesto por fuera del pantalón, pues es la única forma de conservarlos limpios a la vez que se evita el robo de tan preciada prenda por parte de desalmados compañeros de travesía aprovechando la ausencia del legítimo dueño. Una mirada por la ventana me acaba de confirmar este extremo, ya que de la marabunta de gente sólo he podido identificar a tres como superhéroes (entre ellos, Capitán Guayominí, ese pedante inglés…).

Continuaré mis pesquisas en cuanto me den el alta en la enfermería, ya que me están suturando el botellazo que esa rata borracha de oficina me ha dado en la cabeza cuando me despedí de él con un “gracias, muy amable”. Parece ser que la expresión malaya “jrafi ashmu yamab le” significa no sé qué de tu hermana.

Seguiré informando.

lunes, 13 de junio de 2005

La sombra de Sandokán es alargada (1)

Las grandes superficies de hoy en día son uno de los mejores lugares posibles para la reflexión. La falta de atención al cliente, probablemente motivada por la falta de personal dedicado a la atención al cliente, permite que uno se pueda parar a pensar sin que le asalten a los dos segundos intentando venderte algo. Es algo que los alelados como yo agradecemos en el alma, eso de que te dejen un rato a tu aire mientras miras al infinito babeando sin motivo aparente. Y es que el otro día me quedé según describo frente al estante de ropa del Caprabo. Mis ojos intentaban filtrar la información de forma que mi cerebro pudiese procesarla, pero no acababa de conseguirlo. No, no se trataba de un vestido de Agatha Ruiz de la Prada (no habría aguantado los veinte segundos que ya llevaba allí sin sufrir un cortocircuito neuronal), pero tampoco era algo del todo normal. ¿Atractivo? Sin duda, ya llevaba treinta segundos mirándolo sin pestañear.

Se trataba de un polo de manga larga, arlequinado, en colores granate y mostaza con las mangas azul marino y el cuello blanco. Hasta aquí todo relativamente normal, si es que se puede considerar normal un arlequinado granate y mostaza (lo digo con conocimiento de causa, soy dueño de una camiseta del Galatasaray con el número 11). Lo que me resultó completamente alucinante era la leyenda que lucía en el pecho: “Fair Play & Riding Club Kuala Lumpur”. ¿Ein?¿Mande? Hoy día estamos acostumbrados a leer de todo en las pecheras de la gente, desde el recurrido y no menos atinado “Joé, que caló” hasta “I fuck on the first date” (esperemos que el público infantil aún no sepa leer inglés). Pero no alcanzaba a comprender el mensaje que se me mostraba en este caso. Juego Limpio y Club de Monta Kuala Lumpur… Juego Limpio y Club de Monta Kuala Lumpur...... Nada, seguía careciendo de sentido. Sin embargo, esto encendió de nuevo la chispa de mi alma de ratón de biblioteca. Una vez recobrado del shock, me conjuré para encontrarle un sentido, removiendo los cimientos de la Enciclopedia Británica si fuese menester, a aquella frase que desafiaba a mi intelecto. A mi no me derrota ninguna camiseta barata de supermercado.

martes, 7 de junio de 2005

I feel good...nananaranaraná

Hace un calor de muerte, la Infanta sigue pariendo como una coneja, no reconozco a la selección española, en Mayo gasté un 116 % más de lo que cobré, me duele un tobillo y descubro que la Nasa roba mis discos de cumbia…

Y sin embargo…………………………………………soy feliz.

Sonríe más

viernes, 3 de junio de 2005

Las increibles aventuras de Faloman

Después de dejar en su lugar de entrega los recados que le había dejado en la furgoneta aquella rata de oficina que disfrutaba haciéndole la vida imposible, Falo-man se detuvo un rato al arrullo del agua de una alcantarilla en el centro más turístico y degradado de aquella maldita ciudad. Los hombres se alejaban de él al pasar, mientras una banda de chicas de bolso y otrora buen ver se acercaba al olor a merluza rancia que despedía, pensando en las posibilidades de negocio que ello implicaba. En ese momento maldijo las circunstancias que le habían llevado a convertirse en el más cutre superhéroe. Pero él seguía convencido de que un día salvaría a la humanidad. Bueno, a la mitad de ella, a la otra mitad la odiaba a muerte y ojalá se pudrieran todos en el infierno sin visitas de Virgilio y compañía ni nada. Ese sería un gran día y todas las miserias que soportaba habrían valido entonces la pena.

La mala estrella quiso que su padre fuera farero y su mejor amigo de juventud, chino. Una tarde de verano, sentados en el parque de aquel pueblecito costero del Sur, sus amigos comían pipas aburridos y las palomas se apelotonaban al rumor de las cáscaras en el suelo. Fue entonces cuando el perro de la Señora Engracia, aquel enorme pastor alemán, entró corriendo en la nube de aladas alimañas para espantarlas. Una y otra vez, embistiendo el aire sin parar. Ahí, nuestro héroe vio la oportunidad de sacar a relucir su entusiasta y poco bien ponderado arte del toreo. Pañuelo moquero en mano, lucía sus mejores chicuelinas y pases de pecho ante aquel mihura ladrador de invisibles y puntiagudas astas. Su mejor amigo, henchido de furor sureño y acento oriental, empezó a gritar a los cuatro vientos: "¡ELES EL MÁS GLANDE!¡VIVA EL NIÑO DEL FALO!". Demasiados amigos alrededor con tanta coña como buena memoria. Demasiados, digo, como para que no naciese en aquel momento la leyenda de Falo-man...

jueves, 26 de mayo de 2005

El eclipse de sol en el cuartel

Hace unos días me puse a divagar acerca del hecho probado de que los mensajes pierden información y coherencia en proporción directa al número de intermediarios. Pero no sabemos si se cumple también la propiedad reflexiva (la transitiva está más que demostrada, no hay más que leer los periódicos). Pasé a la acción. Escogí al azar (contradictoriamente) un texto de una revista que tenía a mano. Mi plan era coger ese texto, leerlo, escribirlo en otro papel y guardar el primero en un cajón bajo llave. Haría esa misma operación todos los días. Al final, comprobaría las diferencias entre el primero y el último. Acordé conmigo mismo (soy fácil de convencer) realizar la operación a lo largo de dos semanas.

Todos los días, antes de acostarme, cogía el papel del día anterior, lo leía, lo escribía en otro papel y guardaba el primero en el cajón. Así una y otra vez. Finalmente, un jueves a las 10 de la noche leí en voz alta el texto original: “El ayuntamiento de Zonganilla comprende 14 núcleos poblados repartidos a lo largo del valle de su mismo nombre, conformando un bello paisaje donde las fértiles vegas parecen hacerle la corte al majestuoso curso del río”. A continuación, leí lo que había escrito hacía no más de dos minutos: “Mi pimiento es amarillo”.

martes, 17 de mayo de 2005

Estamos preparados para tí

Madrid, 17 de Mayo de 2005
Buenos y legañosos días. Sé que me estoy poniendo el listón altísimo a base de escribir algo todos los días (falta un suspiro para que me tire un mes sin escribir nada... y si no, al tiempo). Sin embargo lo de hoy no tiene especial mérito. Lo escribí hace ya unos tres meses, mientras comentaba con un amigo, via mail, la cacareada combustión espontánea del edificio Windsor de Madrid y cómo constituía una losa sobre las posibilidades de Madrid de albergar los Juegos Olímpicos de 2012 (año que, mientras no se demuestre lo contrario, no existe, sólo se basa en endebles rectas de regresión aritmética). Transcribo aquí mi opinión de aquellos días:
“Estamos preparados para ti”

Este es el lema que reza desde hace un mes en todos los paneles informativos de los andenes del Metro (y gracias a los cuales no podemos saber cuánto tiempo falta para que llegue el próximo tren). La cosa es que ayer, viniendo en el metro a trabajar, me puse a ojear el periódico del individuo que me estaba clavando el codo en el hígado y leí unas de las declaraciones más estúpidas desde la última vez que Llamazares abrió la boca. El Alcalde de Madrid, ante las dudas que el incendio del edificio Windsor ha creado sobre la candidatura de Madrid a los JJ.OO., proclamaba: “Lo que hemos demostrado es que estamos perfectamente preparados para afrontar situaciones de emergencia”.

A mí me encantaría que los JJ.OO. vinieran a Madrid, daría un brazo y una semana de mis vacaciones por ver las pruebas de piragüismo en directo. Pero también he de reconocer que no me lleva la pasión y conservo aún cierta perspectiva de miras. A ojos de los comisarios del Comité Olímpico Internacional, lo que el alcalde de Madrid quiso decir fue: “Estamos perfectamente capacitados para dejar que un rascacielos de 31 plantas se queme hasta los cimientos y cuatro municipales pongan una cinta de árbol a farola y de farola a árbol que ponga /// policía municipal /// no pasar /// policía municipal /// no pasar”. Parece ser que es un logro que sólo hubiese 7 heridos leves. Si un edificio de oficinas se quema un sábado a medianoche, es de esperar que no haya nadie más que los tres guardas de seguridad de turno (dos jugando al tute arrastrao y el otro dormitando con el Penthouse sobre las piernas). Los 7 heridos fueron los 7 bomberos altamente cualificados que entraron a ver qué se cocía y casi se cuecen ellos. Y a partir de ahí, el superdispositivo de seguridad consiste en rezar para que el viento no tire el edificio, que resiste gracias a que sus vigas de hormigón no se quemaron (que levante la mano el que haya visto alguna vez arder el hormigón) y en llamar a los telefonillos de todos los edificios de alrededor para que la gente salga de casa por si se cae el rascacielos sobre ellos. Claro, si esto pasa en Burkina Faso, la policía tendría que haber aporreado puerta por puerta y si se cae el edificio hay 372 muertos. Resumiendo, nuestros dispositivos de seguridad están a años luz de los de Burkina Faso porque tenemos telefonillos en las casas.

Ya lo estoy viendo, construiremos un pedazo de estadio olímpico de la madre que lo parió con vomitorios lo suficientemente anchos como para desalojarlo en diez minutos y dotaremos de telefonillos de última generación a todas las viviendas circundantes, de forma que cuando el Ultra Sur de turno prenda una bengala, en vez de apagarla y darle una paliza al individuo camino del calabozo, salgan los 80.000 espectadores a la calle a ver el majestuoso incendio por senderos perfectamente marcados con cinta por la policía municipal. Mientras tanto, Protección Civil irá llamando a todos los telefonillos para que los habitantes del barrio puedan salir también a admirar el espectáculo en la explanada habilitada al efecto, a la cual irán llegando también miles y miles de curiosos. Todos podrán ser testigos de una flamígera hecatombe sólo comparable a la disfrutada por los ínclitos ciudadanos de la Roma de Nerón, con la diferencia de que a la salida del metro ya se podrán comprar camisetas y gorras con el lema “Yo estaba allí”. Y cuando las llamas estén en su apogeo, entre explosiones de tuberías de gas y ensordecedores desplomes de cemento, nuestro excelentísimo alcalde subirá a una tribuna y ante los micrófonos y cámaras del mundo entero, aullará brazos en alto y henchido de gozo:

“¡¡¡ CITIUS... ALTIUS… FORTIUS… !!!”

lunes, 16 de mayo de 2005

Mi ego y yo

Madrid, 16 de Mayo de 2005

Cautivo y desarmado el ejérrrcito rojo…

Siempre quise empezar así los exámenes en la universidad, pero me vencía la responsabilidad. Nunca lo hice y yo me escudaba en que, claro, como no caían en 1 de Abril, pues la coyuntura no era la más propicia para la gracia histórica. También pienso que qué coño responsabilidad me vencería a mí cuando nunca pasaba del 1’75, pero mi alma cándida no perdía la esperanza de hacer algún día el examen perfecto, aquel que hiciera palidecer de envidia a mis compañeros cuando la profesora, alzando a la vista de todos el manojo de folios primorosamente caligrafiados por mi afilada pluma, dijese que jamás había visto semejante compendio de conocimiento sobre el tema en cuestión. Incluso yo llevaba siempre en el bolsillo unas gafas grandes y redondas para poder ponérmelas en el momento en el que toda la clase se girara hacia mí con las ganas de soltarme una bofetada escritas en el entrecejo. Levantaría una ceja y pondría el morro como para pronunciar “Lulú”. Y así, endiosado, convertirme en el empollón pelota asqueroso más asqueroso del mundo mundial. Sin embargo, la ineptitud del profesorado jamás permitió que mis teorías (obviamente fuera del alcance de mentes tan cuadriculadas como pueriles) fuesen premiadas en su justa medida. Algún día escribiré aquí por qué los babilonios no utilizaban la rueda en la vida civil.

Todo esto viene a que me he dado cuenta de que en mi anotación anterior del diario puse que el mundial del 2006 iba a ser en Italia. Todo el mundo sabe, al igual que yo, que el mundial será en Alemania (…¿el mundial de qué, el mundial de qué?...). El de fútbol, cuál va a ser, el resto de deportes sólo existen los 15 días de las Olimpiadas para poder justificar las subvenciones estatales. [NOTA: este es mi típico comentario polemista. Me encanta sembrar cizaña. Otro día escribiré de deportes]. Bueno, a lo que iba. Nadie ha escrito sobándome el error por mis narices. Se abren aquí varias posibilidades:

1) Nadie se ha dado cuenta, puesto que los verdaderos aficionados al fútbol no leen.
2) Sí se han dado cuenta, pero mi inteligencia superior les cohíbe a la hora de intentar corregirme un supuesto error que, como todo el mundo sospecha, estaba puesto con intención para probar a los potenciales lectores.
3) Nadie lee lo que escribo.

Mi ego se aferra a la número 2, pero el sentido común apunta a la 3. La 1 está puesta de nuevo sólo para molestar.

Tampoco querría acabar mi página de hoy sin dejar claro que esto se trata de un diario. Se supone que son anotaciones íntimas abiertas sólo a los fetichistas, en caso de que uno tenga la desdicha de morir pobre y artista, y a las amantes cotillas si uno es el Dorian Gray de nuestros días. Así pues, no quiero terminar sin dar fe de otros sentimientos que me han asaltado hoy:
- Alejandro Sanz canta como el culo.
- Bebe canta peor que Alejandro Sanz.
- Viva yo.

viernes, 13 de mayo de 2005

Hoy estoy preocupado

Madrid, 13 de Mayo de 2005
Hoy estoy preocupado. No, no es por el incidente de ayer en la cola de la pescadería. Al fin y al cabo, que las jubiladas se te intenten colar con tal de dejarte a ti las sardinas chungas que vienen machacadas en la parte inferior de la caja es el pan nuestro de cada día. Además ya me comentó el médico esta mañana que tiene buena pinta y que los hierros me los quitarán en un par de meses. No, es algo más serio: creo que me estoy convirtiendo en ultraderechista.

Anoche casi no pude dormir pensando en ello. Como ya me lo olía, cuando me acosté puse la tele chiquitina para ver si la canción de los Lunnis me amodorraba. Aún así, creo recordar que no pegué ojo hasta la segunda estrofa. Y esta mañana, al contrario de lo habitual, me levanté como un resorte, aún sudoroso, al tercer manotazo al radio despertador. Si es que hasta me dio tiempo a coger el tren de las 11:38 hacia la oficina. Un sinvivir.

¿Y por qué esta absurda, a priori, idea me concome noche y día? Por un cúmulo de circunstancias, pero que se manifiestan en los tres puntos fundamentales del pensamiento social: Político, económico y religioso.

1 – POLÍTICO: Lo primero fue escuchar en la radio las declaraciones del rey en Italia: “Yo no soy rey de Bélgica, soy Rey de España”. Ole, con dos cojones. Y yo me imaginaba a los italianos que le preguntaban malintencionadamente mascullando entre dientes, rojos de ira, porque el afable monarca no les seguía el juego desestabilizador que pretendían iniciar, sin más fin que minarnos la moral para poder jodernos en el mundial de Italia del 2006. Hala, que intenten llamar a del Piero para que se lo solucione en el minuto 90 con un gol de rebote. 1-0 para nuestro bienamado Jefe del Estado y padre de la Patria (mierda… es más grave de lo que pensaba).
Esto le redime de intentar robarle protagonismo a Fernando Alonso en Montmeló anunciando a bombo y platillo dos horas antes de la carrera que iba a tener otro nieto. Llevábamos 36 años esperando a que una princesa se quedase embarazada en este país… podíamos haber aguantado un día más, creo yo. Pero bueno, que me empieza a caer simpático, el rey (por cierto, la única persona de este país que, en vez de celebrar su santo, celebra su onomástica). Soy un preconvencido monárquico.

2 – ECONÓMICO: Me he convertido en un capitalista ultraortodoxo. Esto sí que no es una sospecha, se ha convertido en palpable realidad. Pero no es que yo escriba ensayos sobre la locura que supone financiar la creación de infraestructuras de empleo con cargo a la deuda del Estado, no. Peor aún: juego todos los viernes al EuroMillón. A grandes rasgos, el comunismo es una especie de Bosque de Sherwood con la gente muy seria dando palmas a ritmo. Les quitan el dinero a los ricos y lo reparten entre los pobres. Los ricos, que son quienes también hacen el reparto, se aseguran la perdurabilidad del sistema repartiendo de forma que ellos no dejen de ser ricos ni los pobres dejen de ser pobres. Así siempre seguirán existiendo los dos polos del desarrollo del sistema.
Pero en la Europa Occidental nos hemos inventado el sistema contrario, el anticomunismo por antonomasia. Les quitas el dinero a todos los pobres y se lo das a un nuevo rico. Dos euros a este, otros dos a éste, dos al de más allá y el viernes por la noche le damos 32 millones a alguien para que se los gaste sin conocimiento ni medida. Y yo soy copartícipe de todo ello. Es más, cuando pongo mis dos euros para el chanchullo, babeo sólo con pensar que voy a ser yo el que les robe la moneda gorda a todos los europeos (para más señas, mis bienamados convecinos).
Entonces me compraré un Mercedes descapotable, tres o cuatro chicas del mes de Playboy (aquí tendré que echar cuentas: si me compro un Ferrari es posible que consiga las chicas gratis, todo está en calcular si el aumento en el gasto automotriz compensa el caché de las conejis), y una mansión de proporciones inmorales junto a la de Abramovich. Así estaremos juntitos todos los ricos que nos hemos mudado de la izquierda más militante a la cómoda derecha occidental. Porque Abramovich no es tonto. Si eres rico en un país comunista tienes que hacer el reparto, para lo cual tienes que maquinar, para lo cual necesitas sostenerte a base de traficar con armas y petróleo, etc… y es un coñazo, cansa mucho estar pensando todo el día. En Occidente, la maquinaria de maquinar se retroalimenta, así que sólo hay que tener a gente que le haga el mantenimiento por 600 € al mes. Ello te deja un montón de tiempo libre para traficar (que es lo verdaderamente divertido), pero en vez de hacerlo con armas y petróleo, que está muy mal visto y, además, de ello ya se encarga la Casa Blanca, se puede hacer con futbolistas. Te compras un equipito y hala, ya sólo tienes que preocuparte de ensayar el discursito de “no ganar la Champions tampoco lo considero un fracaso”.

3 – RELIGIOSO: reconozco que toda la fiesta por la muerte del Papa me ha afectado. Puede parecer irreverente el término fiesta aplicado a este caso, pero juntar 400.000 personas apretaditas en un mismo lugar sólo se hace para gasearlos o para hacer fiesta. Hombre, puestos a ser malpensados, también es posible que intentaran un suicidio colectivo junto con su moribundo guía espiritual, en plan secta bananera, pero el camarlengo ya está mayor y no tuvo la fuerza suficiente para girar la espita del gas mostaza y por eso sólo alcanzó para que a la primera fila le lloraran los ojos y al resto les diera por sacar una guitarra y cantar. Y claro, una vez comprobado el fracaso del plan, pues hubo que disimular como que en realidad todo aquello era para escoger a otro nuevo gurú y con las prisas y la improvisación acabó saliendo uno feo y alemán. Pero bueno, como pocas veces me dejo aconsejar por el diablillo de mi hombro izquierdo, voy a pensar que estaban de fiesta.
Pues a lo que iba… que estoy empezando a admirar a este tío. Es más, su figura se me hace tan atractiva que estoy pensando en dejar de ser animista y convertirme a la verdadera fe para poder llegar a ser el azote de los perros infieles. En el fondo, quiero purificarme hasta ser como él. Quiero poder ir vestido de niña de primera comunión, llamarme Benedicto y pasearme en un pastel de nata con ruedas sin que la gente se parta el culo de risa a mi paso. Y eso sin contar que sería infalible. Un día te levantas travieso y sueltas en un encíclica que 3+2 son 7 y la que lías. Habría que cambiar desde el tratado de arquitectura de Vitrubio hasta las rimas más populares. Cágate. ¡¡¡TOTUS TUUS!!!

Y ahora que lo pienso, si voy a ser un Papa millonario dueño del Chelsea… ¿a quién coño le importa lo que diga el rey?