viernes, 13 de mayo de 2005

Hoy estoy preocupado

Madrid, 13 de Mayo de 2005
Hoy estoy preocupado. No, no es por el incidente de ayer en la cola de la pescadería. Al fin y al cabo, que las jubiladas se te intenten colar con tal de dejarte a ti las sardinas chungas que vienen machacadas en la parte inferior de la caja es el pan nuestro de cada día. Además ya me comentó el médico esta mañana que tiene buena pinta y que los hierros me los quitarán en un par de meses. No, es algo más serio: creo que me estoy convirtiendo en ultraderechista.

Anoche casi no pude dormir pensando en ello. Como ya me lo olía, cuando me acosté puse la tele chiquitina para ver si la canción de los Lunnis me amodorraba. Aún así, creo recordar que no pegué ojo hasta la segunda estrofa. Y esta mañana, al contrario de lo habitual, me levanté como un resorte, aún sudoroso, al tercer manotazo al radio despertador. Si es que hasta me dio tiempo a coger el tren de las 11:38 hacia la oficina. Un sinvivir.

¿Y por qué esta absurda, a priori, idea me concome noche y día? Por un cúmulo de circunstancias, pero que se manifiestan en los tres puntos fundamentales del pensamiento social: Político, económico y religioso.

1 – POLÍTICO: Lo primero fue escuchar en la radio las declaraciones del rey en Italia: “Yo no soy rey de Bélgica, soy Rey de España”. Ole, con dos cojones. Y yo me imaginaba a los italianos que le preguntaban malintencionadamente mascullando entre dientes, rojos de ira, porque el afable monarca no les seguía el juego desestabilizador que pretendían iniciar, sin más fin que minarnos la moral para poder jodernos en el mundial de Italia del 2006. Hala, que intenten llamar a del Piero para que se lo solucione en el minuto 90 con un gol de rebote. 1-0 para nuestro bienamado Jefe del Estado y padre de la Patria (mierda… es más grave de lo que pensaba).
Esto le redime de intentar robarle protagonismo a Fernando Alonso en Montmeló anunciando a bombo y platillo dos horas antes de la carrera que iba a tener otro nieto. Llevábamos 36 años esperando a que una princesa se quedase embarazada en este país… podíamos haber aguantado un día más, creo yo. Pero bueno, que me empieza a caer simpático, el rey (por cierto, la única persona de este país que, en vez de celebrar su santo, celebra su onomástica). Soy un preconvencido monárquico.

2 – ECONÓMICO: Me he convertido en un capitalista ultraortodoxo. Esto sí que no es una sospecha, se ha convertido en palpable realidad. Pero no es que yo escriba ensayos sobre la locura que supone financiar la creación de infraestructuras de empleo con cargo a la deuda del Estado, no. Peor aún: juego todos los viernes al EuroMillón. A grandes rasgos, el comunismo es una especie de Bosque de Sherwood con la gente muy seria dando palmas a ritmo. Les quitan el dinero a los ricos y lo reparten entre los pobres. Los ricos, que son quienes también hacen el reparto, se aseguran la perdurabilidad del sistema repartiendo de forma que ellos no dejen de ser ricos ni los pobres dejen de ser pobres. Así siempre seguirán existiendo los dos polos del desarrollo del sistema.
Pero en la Europa Occidental nos hemos inventado el sistema contrario, el anticomunismo por antonomasia. Les quitas el dinero a todos los pobres y se lo das a un nuevo rico. Dos euros a este, otros dos a éste, dos al de más allá y el viernes por la noche le damos 32 millones a alguien para que se los gaste sin conocimiento ni medida. Y yo soy copartícipe de todo ello. Es más, cuando pongo mis dos euros para el chanchullo, babeo sólo con pensar que voy a ser yo el que les robe la moneda gorda a todos los europeos (para más señas, mis bienamados convecinos).
Entonces me compraré un Mercedes descapotable, tres o cuatro chicas del mes de Playboy (aquí tendré que echar cuentas: si me compro un Ferrari es posible que consiga las chicas gratis, todo está en calcular si el aumento en el gasto automotriz compensa el caché de las conejis), y una mansión de proporciones inmorales junto a la de Abramovich. Así estaremos juntitos todos los ricos que nos hemos mudado de la izquierda más militante a la cómoda derecha occidental. Porque Abramovich no es tonto. Si eres rico en un país comunista tienes que hacer el reparto, para lo cual tienes que maquinar, para lo cual necesitas sostenerte a base de traficar con armas y petróleo, etc… y es un coñazo, cansa mucho estar pensando todo el día. En Occidente, la maquinaria de maquinar se retroalimenta, así que sólo hay que tener a gente que le haga el mantenimiento por 600 € al mes. Ello te deja un montón de tiempo libre para traficar (que es lo verdaderamente divertido), pero en vez de hacerlo con armas y petróleo, que está muy mal visto y, además, de ello ya se encarga la Casa Blanca, se puede hacer con futbolistas. Te compras un equipito y hala, ya sólo tienes que preocuparte de ensayar el discursito de “no ganar la Champions tampoco lo considero un fracaso”.

3 – RELIGIOSO: reconozco que toda la fiesta por la muerte del Papa me ha afectado. Puede parecer irreverente el término fiesta aplicado a este caso, pero juntar 400.000 personas apretaditas en un mismo lugar sólo se hace para gasearlos o para hacer fiesta. Hombre, puestos a ser malpensados, también es posible que intentaran un suicidio colectivo junto con su moribundo guía espiritual, en plan secta bananera, pero el camarlengo ya está mayor y no tuvo la fuerza suficiente para girar la espita del gas mostaza y por eso sólo alcanzó para que a la primera fila le lloraran los ojos y al resto les diera por sacar una guitarra y cantar. Y claro, una vez comprobado el fracaso del plan, pues hubo que disimular como que en realidad todo aquello era para escoger a otro nuevo gurú y con las prisas y la improvisación acabó saliendo uno feo y alemán. Pero bueno, como pocas veces me dejo aconsejar por el diablillo de mi hombro izquierdo, voy a pensar que estaban de fiesta.
Pues a lo que iba… que estoy empezando a admirar a este tío. Es más, su figura se me hace tan atractiva que estoy pensando en dejar de ser animista y convertirme a la verdadera fe para poder llegar a ser el azote de los perros infieles. En el fondo, quiero purificarme hasta ser como él. Quiero poder ir vestido de niña de primera comunión, llamarme Benedicto y pasearme en un pastel de nata con ruedas sin que la gente se parta el culo de risa a mi paso. Y eso sin contar que sería infalible. Un día te levantas travieso y sueltas en un encíclica que 3+2 son 7 y la que lías. Habría que cambiar desde el tratado de arquitectura de Vitrubio hasta las rimas más populares. Cágate. ¡¡¡TOTUS TUUS!!!

Y ahora que lo pienso, si voy a ser un Papa millonario dueño del Chelsea… ¿a quién coño le importa lo que diga el rey?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Nonato:

es usted de un pedante que abruma. Lo cierto es que no sé si imprimir sus textos sólo para sonarme los mocos con ellos, o directamente pedir a la Convención de Ginebra que censure demejantes desfachateces. Sólo le pediría que si se aburre no nos transmita tal sentimiento a nosotros, puesto que tenemos infinidad de cosas menos mediocres en las que perder el tiempo.

Gracias y un saludo.

PD ¡Que es broma! ¡Que soy el womaquito! Ja ja, me parto con tus textos, la verdad es que me han encatado, sigue así chaval... se te echa de menos por el curro un montón.

gonzalomelero dijo...

"Demejante" sólo podría escribirlo un muñón como tú...

Jajaja, que también es broma, campeón... Eres mi lector número uno. De hecho, eres el único. Felicidades por ello. Jeje. Un abrazo muy fuerte.