viernes, 20 de enero de 2006

Mamá, quiero ser periodista

Si lo sabía yo, que no pasaban más de 15 días sin volver a verlo en un telediario. Anteayer estaba intentando saber qué tal iba el mundo en general y me encuentro, a los 20 minutos de empezar el noticiario, la tan temida noticia. Hice verdaderos esfuerzos para aguantarme las arcadas. Era algo así como:

"Si esto les ha parecido extraño, no lo serán menos las siguientes imágenes. Vemos al malabarista Rupert Jong intentando batir un récord Guinness de malabarismos con tres pelotas... ¡pero en el agua! (imágenes del interfecto con cara de buzo estresado y dándole a las pelotitas). Y, por si esto no fuese difícil, lo realiza en una piscina... ¡llena de tiburones!
La lástima es que al final no pudo conseguirlo porque un travieso tiburón se interpuso en su camino (imagen de un tiburoncete pasando olímpicamente por delante del tío hasta que le hace tropezarse)."

Vuelve la imagen al estudio y ambos presentadores, sonriendo como dos enamorados al atardecer, se miran y hacen un comentario tan gilipollas que mi mente es incapaz de procesarlo.

Y yo me pregunto: el día que el tiburón sea de los de verdad, de esos cabrones que muerden, y le arranque un brazo al imbécil de turno, ¿será portada en titulares?¿Interrumpirán el diario de Patricia para darlo en avance?¿Habrá tres días de luto oficial en todas las facultades de periodismo del país?

En vilo me tienen, oye. Y por cierto, hacer malabarismos con tres pelotas es fácil, pero dentro del agua hasta un lemur puede hacerlo.

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