miércoles, 10 de junio de 2009

Marcianos y venusianas I

Él y Ella han quedado a las 8 de la tarde en la otra esquina de la ciudad. A las 8:23 siguen en casa:

Él.- ¿Estás ya?

Ella.- Sí.

Él.- Pues vamos, que no llegamos ni al postre. [Abre la puerta]

Ella.- Espera, que me falta peinarme.

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